Los cimientos de la paz y la armonía que deseamos para el mundo en que vivimos

Los cimientos de la paz y la armonía que deseamos para el mundo en que vivimos

11 months 4 days ago
#12967
La paz sólo es posible si predominan en nuestra sociedad el amor y el respeto por los demás.

Si el mundo estuviera poblado por una inmensa mayoría de auténticos cristianos, es decir, de los que han comprendido y, por consiguiente, aplican la doctrina de "amar al prójimo como a sí mismo" hasta el punto de perdonar y amar incluso a nuestros enemigos, la paz y la armonía entre los pueblos sería la característica del mundo en que vivimos.

«Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos. Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis?» (Lc 6:43-46).

Unos siglos antes, el profeta Isaías había proclamado la paz con esta hermosa frase: «Con sus espadas forjarán arados y podaderas con sus lanzas». Habiendo encontrado la amistad con Dios, Isaías nos la ofrece dando a entender en otros versículos de ese capítulo de la Biblia que cuando los seres humanos redescubran la amistad con los demás ya no sentirán más la necesidad de prepararse para la guerra.

Por tanto, una sociedad sin Dios –sin ese freno moral que obliga a los creyentes a recapacitar antes que hacer daño a los demás– se convierte cada vez más en una sociedad en conflicto que desemboca en el derrumbe de la civilización abrumada por guerras y revoluciones.

El Obispo Robert Barron subraya ese requisito moral que se afianza en la fe religiosa con estas breves y muy certeras palabras: «La clave indispensable para la paz –esto es, una amistad floreciente entre los miembros de la raza humana– es que todos nos enamoremos del Creador trascendente. Sólo cuando le demos gloria a Dios en las alturas –por sobre la nación, la familia, la cultura, la política partidaria, etc.– encontraremos, paradójicamente, unidad entre nosotros. Para poner esto más explícitamente en el lenguaje de las escrituras, sólo cuando nos sentemos juntos a la mesa del Señor, nos sentaremos juntos verdaderamente en paz».

Este segmento lo he tomado de un pequeño libro que es un verdadero "llamado a un resurgimiento eucarístico", como aparece en el subtítulo de "Esto es Mi Cuerpo", que nos brinda un texto breve y sencillo pero profundamente revelador del misterio de la transubstanciación y de su efecto como catalítico de la paz y la armonía que es el culmen de la civilizadora fe cristiana.

Lo recomiendo encarecidamente. Pueden obtenerlo en books.wordonfire.org/thisismybody por el módico precio de $2 más $5.95 por el franqueo. Es más, si desean divulgarlo ampliamente entre amigos y conocidos, pueden obtener 20 copias por $40 (con el franqueo incluido).

¡Fe y adelante! El mundo necesita nuestro ejemplo cristiano, regenerador y reconciliador. Dios cuenta con nosotros para edificar un mundo de paz.
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