Durante demasiado tiempo, muchas instituciones locales, nacionales e internacionales en las que confiamos no han estado a la altura de su papel como guardianes de la democracia y la buena gobernanza. Sin embargo, si sumamos nuestros esfuerzos y nuestra participación, somos capaces de cambiar esa irresponsable tendencia. Es hora de que nuestros gobiernos, empresas y organizaciones internacionales comiencen a actuar en interés de sus pueblos, y no solo en contubernio con intereses especiales.
En todo el mundo, la democracia ha ido cediendo terreno en los últimos años; es un hecho palpable que su influencia y su estabilidad pueden estar disminuyendo en muchos países y también en los lugares de trabajo donde todavía se practica. Pese al creciente grado de corrupción que se está experimentando, los trabajadores y los sindicatos se encuentran en una posición única para defender y promover la democracia. Depende de que sepamos escoger a nuestros líderes y a que rechacemos con firmeza los que siguen la senda de los intereses creados y el populismo. Ya que la palabra "democracia" se deriva de las antiguas palabras griegas "pueblo" (demos) y "poder" (kratos). Por tanto, la democracia es el "gobierno del pueblo" y los miembros de los sindicatos pueden elegir a líderes honestos para canalizar su experiencia en el uso del poder popular como una herramienta para el bien.
Para la democracia, 2024 será un año crucial. ¿Por qué? Porque 2024 será el año electoral más importante de la historia. Habrá elecciones en casi 60 países, que en conjunto suman 4.000 millones de personas, o más de la mitad de la población mundial.
¡Eso implica que es alta la probabilidad de que el lector de este FORO sea una de esas 4 mil millones de personas! Pero lo que está en juego para la democracia va más allá de las elecciones nacionales. Los trabajadores sostienen todos los días a la democracia en sus lugares de trabajo, ya sea en los mercados de Senegal, en las minas de Bolivia e Indonesia, en las casas particulares de Bahréin o en la industria automotriz de Baviera.
Con tanto en juego, a nivel internacional, en las elecciones nacionales y en nuestros lugares de trabajo, es fundamental que los trabajadores y nuestros simpatizantes, participen, voten y hagan oír sus voces.
Como dice el refrán, "La democracia no es un deporte de espectadores", depende de nosotros participar y estar presentes, ¡y todos tenemos la oportunidad y la responsabilidad de hacerlo sumándonos a cuantas actividades y campañas se organicen en defensa de la democracia! Y, sobre todo, aplicándonos a elegir bien a candidatos auténticamente democráticos y participando siempre –¡sin falta!– en los procesos electorales.
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