La impronta nazi en el conflicto de Ucrania

La impronta nazi en el conflicto de Ucrania

2 years 1 week ago
#11971
Otra cara oscura de esta conspiración que ha conducido a una guerra de insospechadas consecuencias en Ucrania está en los propios protagonistas. Se destaca el extremo agresor de Putin, demonizado de manera coincidente por sus críticos de derechas e izquierdas. Los del primer grupo destacan al autócrata con pasado comunista en busca de reconstruir lo que un día se llamó el Imperio del Mal. Los de tendencia socialista y progresista, o lo que ellos afirman ser, acusan al Putin imperialista empeñado en resucitar a la Rusia de los zares. Una extraña conjunción que se repite en los predios norteamericanos, donde trumpistas convencidos aplauden las decisiones del actual inquilino de la Casa Blanca en torno a este conflicto. El mismo al que acusaron, y todavía acusan, de robarle las elecciones a su antecesor republicano. Ambas corrientes, simpatizantes y contrarios de Trump, socialistas, derechistas, centros y demócratas, concuerdan en mostrar admiración ciega hacia el gobernante de Kiev, ponderando sus “virtudes” y heroísmo. Para todos ello, sin importar la inclinación ideológica que defiendan, los devaneos de la estrella del momento con los nazis de Azov y otras turbias conductas tienen su origen en campañas elaboradas desde el fake news ruso. 

Cuando Putin inició la sorpresiva invasión a Ucrania argumentando que una de las misiones de ese operativo era desmilitarizar y desnazificar el vecino territorio, la mayoría de los medios y gobiernos concurrieron en el esfuerzo de desmentir las aseveraciones del mandatario ruso sobre el poder alcanzado por los paramilitares que forman parte del ejercito ucraniano y las ideas que les mueven. Pero la cara fea del fascismo en Ucrania se ha hecho visible en múltiples ocasiones, en días recientes y no tan recientes. Resulta inmoral olvidar con tanta facilidad o mostrar amnesia ante hechos consumados. Los ultras que conforman el Batallón Azov se han mostrado por años impúdicamente tal cual son. Que Stepan Bandera y otros criminales de guerra nazi sean su referente identitario, y peor aún que los sucesivos gobiernos surgidos tras el “Maidanazo” del 2013 contribuyan al enaltecimiento de esas figuras, debieron ser suficiente aldabonazo de alarma y condena. Los símbolos que utilizan, logos y otros signos que exhiben las organizaciones y grupos ultranacionalistas ucranianos advierten de lo que a todas luces es una apología de los emblemas fascistas y sus tenebroso pasado. El cinismo que muestran los defensores de estas agrupaciones para “higienizarles” el rostro llega al extremo de limpiar el pasado funesto de aquel “patriota”, responsable de la muerte de 200 mil judíos, arguyendo que él no estuvo presente en los sitios donde se produjeron esos crímenes cometidos por su ejército colaboracionista. Un criterio que igual serviría para exonerar a Hitler, Stalin y otros secuaces que tampoco hicieron acto de presencia en los campos de exterminio y represión que les hicieron tristemente célebres. No es extraño que esto suceda cuando se conoce la forma en que Bandera y otros criminales eludieron la justicia y terminaron sus días tranquilamente cooperando con los servicios militares y de inteligencia que combatieron al fascismo. 

Los muchachos, y muchachas de Azov tienen un amplio currículo que ha provocado la reacción de círculos políticos y de información que ahora increíblemente parecen desdecirse con su actitud cómplice para blanquearles el expediente. El académico, escritor y periodista César Vidal expone en uno de sus editoriales de audio las 48 razones por las que él nunca apoyará a la Ucrania de Zelensky. Los puntos a los que se refiere el periodista español radicado en Miami en lo que el apunta su “exilio”, pueden verificarse en los espacios digitales de diferentes publicaciones informativas y periodísticas. Un material extenso que expone el peso significativo de la influencia nazi en el nacionalismo que domina en la actual Ucrania en actos y manifestaciones que son de dominio público. El pasado 2 de mayo se conmemoró el octavo aniversario de un hecho sangriento ocurrido en Odessa y que nuevamente pasó desapercibido en los medios noticiosos de mayor difusión. Se trata de la masacre realizada por nacionalistas integrados en la organización Pravy Sector (Sector Derecho) y simpatizantes neonazis contra activistas anti Maidan. La agresión brutal que sufrieron los opositores al gobierno instalado en Kiev terminó con el incendio de la Casa de los Sindicatos de Odessa, “bombardeada” con cocteles molotov por los ultras. Los manifestantes refugiados en el edificio que lograron escapar de las llamas fueron rematados a martillazos y garrotazos bajo el grito de ¡Gloria a Ucrania! La acción criminal que dejó el saldo de 48 muertes y 250 heridos quedó en la impunidad. La mayoría de los que intervinieron en aquella macabra jornada terminaron integrando el batallón Azov. 

Devenido en unidad élite del Ministerio del Interior ucraniano, el regimiento Azov se formó en mayo del 2014 a partir de varias agrupaciones, entre ellas los ultranacionalistas Patriotas de Ucrania y la neonazi Asamblea Nacional Social. Enarbolando ideales xenófobos, antiinmigrantes, homofóbicos, racistas hacia comunidades gitanas, rusas o judías que forman parte de la nación ucraniana, los “fachas” manifestaban sin disimulo su cercanía a la ideología que provocó la Segunda Guerra Mundial. Sus referencias simbólicas incluían letras del ‎alfabeto rúnico de ‎las lenguas proto germánicas, las cifras 14 y 88, que hacen referencia a una frase ‎supremacistas blanca y a las iniciales del saludo nazi (Heil Hitler), respectivamente. ‎ Vitali Klitschko, excampeón de boxeo y alcalde de Kiev, echó mano de estas claves cuando bautizó C-14 a la cédula creada para combatir posibles saboteadores infiltrados en la capital a raíz del actual conflicto. La C es una alusión a los Cien de Svyatoslav y el 14 repite el eslogan de David Lane, supremacista norteamericano fallecido en la cárcel en 2007, cuyo legado recogen sus seguidores: “We must secure the existence ‎of our ‎people and a future for white children”. También en mayo del 2014 el que fuera ministro del Interior de Ucrania, Ansen Abakov, fundador de Secta 82 (otra rama fundacional de Azov) dio luz verde para que la agrupación paramilitar encabezada por Andréi Biletsky, integrara sus 12 mil miembros bajo las órdenes de su ministerio. El 2 de noviembre del 2021 Zelensky nombró a Dimitriv Yarosh consejero especial de las Fuerzas Armadas Ucranianas. Yarosh es un declarado seguidor de Bandera y fue dirigente de Sector Derecho entre 2013 y 2015. El flamante funcionario, quien prometió en una ocasión liderar la des-rusificación de Ucrania, se convirtió así en una pieza clave dentro de los asuntos militares y de inteligencia ucraniana junto a sus subordinados de Azov.  

Los actos de violencia protagonizados por los integrantes del Batallón Azov en la guerra civil desatada en la región del Donbass entre separatistas y nacionalistas fueron recogidos en el 2016 en sendos informes elaborados por el alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, príncipe Zeid Ra'ad Al Hussein. El comisionado documentaba entre los crímenes de guerra perpetrados en la zona conflictiva del este ucraniano, asesinatos de ciudadanos, torturas y muertes sumarias de prisioneros. En ese mismo año Facebook designó por primera vez al regimiento Azov como una “organización peligrosa”. La razón principal para esa decisión fue el uso que daba la formación a la concurrida red para reclutar miembros de la misma forma en que lo hacían radicales integristas musulmanes. Dichas acciones, los informes de la ONU y otras manifestaciones de los radicales nacionalistas terminaron por repercutir en el Congreso de Estados Unidos. En el 2018 la Cámara de los Representantes apoyó una petición hecha por los congresistas John Conyers, demócrata de Michigan y Ted Yoho, republicano de la Florida, quienes habían redactado una enmienda al proyecto de ley de Asignaciones de Defensa de la Cámara (HR 2685) que “limita las armas, el entrenamiento y otras asistencias a la milicia ucraniana neonazi Batallón Azov.” Las denuncias sobre las acciones y actos evidentemente fascistoides de esta agrupación dieron lugar a esa resolución de los congresistas norteamericanos que más tarde seria vetada por presiones del Pentágono. Sordos a las indicaciones que pedían aquella limitación, Estados Unidos, Canadá y otros miembros de la OTAN continuaron brindado un apoyo que permitió dejar las puertas abiertas para que Azov continuara sus labores organizativas y proselitistas. Ni siquiera los señalamientos del FBI sobre el incremento de neonazis fichados en Estados Unidos entrenando en terreno ucraniano fueron un impedimento para que en 2017 delegaciones de la OTAN sostuvieran una reunión con militantes de Azov camuflados en una delegación militar de Ucrania. No fue la única. En 2018 grupos radicales activos dentro de las Fuerzas Armadas y la Guardia Nacional de Ucrania se reunieron con oficiales y diplomáticos canadienses en Ottawa. El hecho fue sacado a la luz por el periódico Ottawa Citizen. En tanto los reclutas radicales neonazis de Estados Unidos, Brasil, Croacia, Grecia, Chequia, Polonia, México y de otras naciones, continuaron su peregrinar a la tierra de promisión donde la odiosa ideología que profesaban parecía florecer sin mayores obstáculos. Precisamente esta situación fue una de las infracciones de los acuerdos de Minsk reclamada por Moscú. Así lo recoge un articulo publicado originalmente por TIME escrito por Amy Guna y Madeline Roache

El 16 de octubre del 2019 Max Rose y 39 congresistas de la bancada demócrata suscribieron una carta instando al Departamento de Estado de los Estados Unidos a designar al batallón Azov como una organización terrorista por cumplir con todos los criterios estipulados para esa consideración. El motivo de esta petición se fundamentaba en el atentado perpetrado contra dos mezquitas en Nueva Zelanda. El autor del ataque que mato 51 personas estuvo en Ucrania y había recibido entrenamiento en el regimiento nacionalista. A esta petición respondió el medio ucraniano Unían, arguyendo que la iniciativa de los congresistas norteamericanos respondía a una operación de los servicios especiales rusos. Un argumento difícil de esgrimir contra los informes del FBI señalando la misma estadía de miembros del Movimiento Rise Above, una pandilla de lucha callejera norteamericana que también había enviado miembros a entrenar con los ultras europeos. 

El periodista norteamericano Robert Parry (06/24/1949 -01/27/2018) congratulaba en un artículo que la Cámara de Representantes expusiera una verdad que los medios del país habían tratado de ocultar, reconociendo que el gobierno surgido en Kiev en 2014 dependía en gran medida de tropas de asalto nazis, cuya acción no solo quedaba restringida al ámbito nacional y a sus acciones contra la etnia rusa. Citaba Parry en su artículo la expresión hecha por Andréi Biletsky, comandante de Azov, quien declaró al Telegraph que: “La misión histórica de nuestra nación (Ucrania) en este momento crítico es liderar las Razas Blancas del mundo en una cruzada final por su supervivencia. Una cruzada contra los Untermenschen (persona considerada de raza inferior) dirigidos por los semitas». 

Por su parte Zelensky, el paradigma de la libertad y la democracia para Occidente ha intervenido en su país tres televisoras consideradas opositoras, encarceló al jefe de la bancada de oposición en el Parlamento y prohibió 11 partidos políticos con la excusa de que eran pro rusos. Minimizando su herencia que habla de su pasado con ascendencia judía, el presidente ucraniano a manera de broma manifestó que el hecho de ser judío hacia el número 20 en su larga lista de defectos. Entre los agraciados por su gobierno se encuentra Dmytro Kotsyubaylo, comandante de Sector Derecho, al que otorgó el elogio de Héroe de Ucrania. Conocido como Da Vinci, este “héroe” ha bromeado ante reporteros de prensa sobre el lobo que tiene de mascota, del que dice se alimenta con huesos de niños de habla rusa. La expresión que caracteriza la índole nazi del personaje bien pudiera pasarse como un chiste de mal gusto que no puede marcar a la generalidad. Pero otros dichos y hechos refuerzan esa imagen. Uno de estos, y no a manera de broma, es de autoría del fiscal general de Ucrania, David Sakvarelidze que en una entrevista a la BBC refiriéndose a la guerra que sufre su país dijo que: “Es muy emotivo para mí porque veo cómo matan a europeos con ojos azules y cabello rubio”.   Increíblemente fue la propia presentadora Ros Atkins la que tuvo que disculparse por no haber cuestionado al entrevistado cuando lanzó aquella expresión con connotación evidentemente fascista. 

Y si quedan dudas sobre la ideología que prima en las acciones neonazis que se aprecian en la conducta de Kiev no puede dejar de mencionarse la ley promulgada por el presidente Volodimir Zelenski el 21 de junio del 2021. La llamada “Ley sobre los Pueblos Autóctonos” estipula que solo los ucranianos de origen escandinavo, tártaro o caraíta tienen derecho a gozar libremente de todos los Derechos Humanos y de todas las libertades fundamentales. Al decir de César Vidal la primera ley racista emitida en Europa desde que finalizó la Guerra Mundial. A esto se añade que desde el 1 de septiembre del 2020 quedó prohibido en administración, servicios públicos y enseñanza el uso de cualquier lengua que no sea la ucraniana. Las escuelas donde se enseñaba ruso y húngaro fueron cerradas a tenor con este mandamiento. 

En su gira virtual por diferentes parlamentos europeos buscando el apoyo y aplauso de sus miembros, Zelenski ha tenido algunos encontronazos, en parte por su soberbia, alimentada por quienes le aúpan. Así sucedió durante la presentación del mandatario ante parlamentarios griegos y chipriotas rechazada por la mayoría de los presentes cuando el invitado cedió la palabra a un soldado “griego-ucraniano” miembro del batallón Azov. Un acto calificado cuando menos de erróneo por parte del ala más conservadora del partido del presidente Antonis Samarás. Y es que desde su ignorancia el líder ucraniano parece desconocer que en Grecia el partido neonazi Amanecer Dorado fue prohibido y muchos de sus miembros encarcelados. La otra pifia ocurrió ante los parlamentarios israelíes a los que pidió que trataran al pueblo ucraniano igual que estos habían tratado a los suyos en el pasado. Todo un insulto a la inteligencia y a la Historia. Y mientras la prensa omite la mayoría de estos temas o les pasa la mano, hace pocas semanas los medios norteamericanos se cebaron con la congresista Marjorie Taylor Greene porque la republicana se había presentado en un foro “neonazi” celebrado en Orlando. Se trataba de la Conferencia de Acción Política Conservadora, que puede tildarse de reaccionaria pero no de nazi. Una actitud que denota la hipocresía de los que apenas levantan la voz para señalar el verdadero peligro fascista al que las democracias occidentales y sus instituciones, incluida la prensa, están ayudando a fortalecer.

Y paradójicamente aquella ideología que llevo al mundo a una guerra atroz que costó millones de vidas y destrucción, amén de abrir el escenario a la presencia de las armas nucleares, hoy amenaza con llevar a la Humanidad a una tercera y definitiva confrontación universal, para mayor contradicción con el apoyo de los paises que padecieron el mal fascista y lo enfrentaron a muerte. Nuevamente estamos ante la disyuntiva de silenciar por escrúpulos ante una guerra que pudo haberse evitado o denunciar sin tapujos la creación de un monstruo que ha venido gestándose desde hace años ante los ojos de Europa y del mundo poniendo en peligro el futuro de las democracias occidentales, como lo evidencian los hechos y las denuncias de expertos, políticos y periodistas. Ironías de la historia que esto ocurra en el umbral conmemorativo que marcó la victoria de las fuerzas progresistas contra la barbarie nazi. 

Re: La impronta nazi en el conflicto de Ucrania

2 years 1 week ago - 2 years 1 day ago
#11973
No suelo discrepar de los excelentes análisis que nos brinda en estas páginas Miguel Saludes, pero en este caso hay que tener en cuenta que Stepan Bandera no fue nunca juzgado como criminal de guerra ni hay pruebas históricas de que lo haya sido. Fue líder independentista de Ucrania que vio a su pueblo acorralado entre la espada y la pared; es decir, entre Hitler y Stalin. Bandera aspiraba a una Ucrania libre del yugo espantoso del gobierno soviético que había diezmado el país, confiando inicialmente que podría trabajar con los alemanes para establecer su propio Gobierno independiente. Recordemos que tanto los ucranianos como los rumanos, sometidos a la agresión soviética, aceptaron una alianza con Alemania para lograr la independencia de Ucrania y la recuperación de los territorios arrancados a Rumania por la URSS. 

En el caso de Rumania, ya se estaba enfrentando sin éxito a un poderoso agresor antes de la alianza con Alemania. El creciente Imperio Soviético, dirigido por un cruel dictador totalitario, les estaba arrebatando territorios y Rumania no tenía la capacidad de rechazar el avance del monstruo. La consecuencia de esto fue que el ejército rumano combatió a los soviéticos junto con los nazis para liberar los territorios que les habían sido arrebatados. Empero,  Hitler era otro cruel dictador socialista y totalitario como Stalin y aprovechó los deseos de libertad de esos aliados para someterlos a su vez a su pesadilla de grandeza.

El autor rumano C. Virgil Gheorghiu, más conocido por su famosa obra "La Hora Veinticinco",  nos ha regalado en una apasionante novela histórica, titulada "El hombre que viajó solo", un apasionante testimonio de la tragedia sufrida por los rumanos. Primero perdiendo grandes extensiones de territorio que se iba tragando la URSS sin recibir los rumanos apoyo alguno de las democracias occidentales, tal como ha estado sucediendo en la última década con Ucrania y con Georgia hasta que el dictador ruso se lanzó en febrero pasado a la aventura de apoderarse de toda Ucrania, quizás como una antesala de futuras invasiones a antiguos satélites soviéticos. Así fue como los rumanos fueron humillados después por sus "libertadores" nazis; y finalmente regalados a Stalin por el tan admirado Presidente Roosevelt, pese a las advertencias y las protestas de Churchill. Toda la región de Moldavia pasó a ser una república soviética y el resto de Rumania se convirtió en satélite de la URSS. 

Volviendo al tema de Bandera, es sabido que nunca colaboró con los pogromos nazis en Ucrania durante la II Guerra Mundial. Además, fue arrestado por los alemanes a principios de 1942, permaneciendo encarcelado hasta septiembre de 1944, cuando los rusos habían vuelto a someter a Ucrania a su dominio. Bandera se refugió en Munich bajo el amparo de los aliados occidentales. Bandera murió asesinado con cianuro por un agente del KGB nombrado Bogdan Stashynsky el 15 de octubre de 1959.

Por otra parte, ¿cuáles son los principales críticos de la "Ley de pueblos autóctonos" aprobada el 1º de julio de 2021 por la Rada Suprema (parlamento) de Ucrania? Una búsqueda en Google y en otros medios, muestra que esas críticas tienen mayormente su fuente en Rusia, en Cuba, y en otros medios que han demostrado sus simpatías por el actual régimen ruso. No es de extrañar que tergiversen su propósito y sus motivos.

Según las autoridades ucranianas, el texto de esta ley está dirigido a proteger las minorías étnicas (a los tártaros, los krymchaks, los caraítas y los que se identifican como ucranianos por su lengua y cultura) "de cualquier acción encaminada a privarlos de su identidad étnica e integridad como pueblos autóctonos". Además, prevé evitar que sean despojados de sus valores culturales, expulsados o trasladados de sus lugares de residencia, o que sean asimilados o integrados por medios forzosos. Garantiza a estos pueblos sus derechos culturales, educativos, idiomáticos e informativos.

Es importante señalar que esta ley fue la reacción ucraniana frente a los abusos por parte de los rusos contra los no rusos en Crimea y en las zonas ocupadas del Donbass. Es importante recordar también que los ucranianos han sufrido históricamente los esfuerzos de destruir su identidad y cultura desde la época de los zares, pasando por los soviéticos y ahora por los rusos que pretenden rusificar el país por la fuerza de las armas.
Last edit: 2 years 1 day ago by Gerardo E. Martínez-Solanas.
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Re: La impronta nazi en el conflicto de Ucrania

2 years 1 day ago
#11977
Stephan Bandera, como muchos de sus colaboracionistas y colegas de paises cercanos, fueron nazis, facistas. Sus huestes asesinaron en su nombre a cientos de miles de judios, gitanos, entre otroas nacionalidades. Siguienod la linea de su patriotico nacionalismo habria que extender el criterio al mismo Adolfo Hitler quien en definitiva asumio el restablecimiento del orgullo aleman pisoteado por los ganadores de la I Guerra Mundial y recupero los territorios robados con grandes riquezas minerales, imprescindibles para la industria del pais. Hitler, como Stalin, nunca estuvo en las puertas de un campo de concentracion. Pero es el responable principla de lo que en sos campos ocurrio. La Ley, y no solo esa ley, de los Pueblos Autoctonos firmada por Selenski es una ley racista y con muy fuerte olor facista. Esconder esas realidades es muy peligroso. Si Stephan Bandera escapo y no fue juzgado por lo que hizo se debe a la buena accion de una politica errada y torpe que despues utilizo sus sucios servicios en cuestiones de inteligencia. No fue el unico. Klus Barbie, Shiro Ishi, EDuard Roschman y me cuestiono si hasta el mismo Joseph Mengele, trsitemente conocido como el Angel de la Muerte, escaparon a juicios y despues encontraron sitios seguros donde seguir viviendo, prosperando y hasta en funciones que nunca deberian haber realizado en aras de su pasado. Ignorar lo que existe al respecto es lavar la cara a los nuevos nazis. Increiblemente los que defienden que Trump no es un reaccionario, racista y otras cosas estan coincidiendo con los que mantenen esas tesis. Todo por ir contra la Rusia de Putin , que sera una autocracia o lo que quieran, pero que en definitiva es uno de los pocos bastiones contra esta oscura agenda neoglobalista liberal y peligrosa que se apoya en cualqueira que siga sus instrucciones, da igual que sea comunista o facista. En 1989 siendo militante comunista di el paso de decir no a lo que entendi era un  peligroso precedente. Ya lo habia hecho antes en otras situaciones que me negue a suscribir o apoyar. Los mitines de repudio cuando el Mariel o la firma secundando la formacion de las Brigadas de Respuesta Rapida. Fui quizas uno de los pocos que lo hizo en mi trabajo. Ni siquiera los no militantes y reconocidos contrarevolucionarios se atrevieron a ello. Me costo. Pero al correr del tiempo muchos de ellos, la mayoria, incluso los que eran comunistas convencidos, me dieron la razon. Tuve la satisfaccion de que uno de ellos, el mismoq ue me condujo del brazo a las puertas del Astillero para que no volviera jamas, me dio un abrazo en plena calle en 1997.  Es posible que ahora me quede solo en esta denuncia de lo que estimo es un error tremendo de la administracion Biden, por la que vote en las pasadas elecciones. Pero no me voy a echar atras. A lo mejor no lo vere, pero vendra un tiempo en que se que la razon estara de mi lado una vez mas. Prrdonen asentos y ortografia. No tengo tiempo para ello. 

Re: La impronta nazi en el conflicto de Ucrania

2 years 1 day ago - 2 years 1 day ago
#11979
Con toda cordialidad, mi intención es sólo aclaratoria:

Klaus Barbie fue condenado a muerte en Nuremberg, pero vivía en Francia donde la pena de muerte había sido abolida. Murió en la cárcel.

El General japonés Ishii Shiro fue también juzgado en Nuremberg, pero se le concedió inmunidad a cambio de información sobre los secretos de las armas biológicas que poseían los japoneses.

El Capitán de la SS Edward Roschmann fue también condenado en Nuremberg, pero se refugió en la Argentina bajo el amparo peronista, como lo hicieron Mengele y otros criminales nazis. Sin embargo, esos criminales fueron condenados en ausencia en Nuremberg y algunos fueron ulteriormente extraditados o capturados en sus escondites.

La historia del líder independentista ucraniano es muy distinta: no fue juzgado en Nuremberg ni se escondió. En 1942 los "libertadores" nazis encarcelaron a Stepan Bandera (a quien inicialmente apoyaron)  cuando este declaró la independencia de Ucrania, pero logro brevemente su libertad tras la retirada alemana de Ucrania en 1944. Muy pronto los soviéticos lo apresaron y lo acusaron de crímenes de guerra, pero logró escapar. Los soviéticos condenaron por crímenes de guerra a muchísimos que se resistieron a su dominio (algunos nazis, pero muchos otros no). Si leemos la otra conmovedora y sobrecogedora novela de C. Virgil Gheorghiu (el autor rumano de "La Hora 25"), titulada "El Hombre que viajó solo",**  comprenderíamos la enormidad de la malvada propaganda soviética destinada a justificar su expansionismo, tal y como, en menor medida, la estamos contemplando ahora bajo la égida de Vladimir Putin para justificar la cruel destrucción de Ucrania.

Stepan Bandera NO fue juzgado en Nuremberg porque los aliados no encontraron pruebas de los alegatos soviéticos sino que, por el contrario, fue un colaborador de la CIA.

En los medios de comunicación sociales y periodísticos hay muchas fuentes favorables a los soviéticos y también a los rusos de ahora que lo condenan, pero no hay pruebas documentales ni testimoniales de su responsabilidad en crímenes de guerra. Por supuesto que, por inducción, podemos afirmar que en toda guerra no solo los "malos" cometen crímenes y, por tanto, es sumamente difícil canonizar como santo a un combatiente. Por tanto no seré yo quien lo haga en esta nota que sólo tiene un propósito aclaratorio.

** Sobre las tergiversaciones históricas propagadas por los soviéticos para justificar su crueldad y agresividad con los ucranianos, rumanos, finlandeses, estonios, lituanos y letones "aliados" de los nazis, sugiero que lean este otro aporte publicado en este FORO en diciembre pasado que detalla la tragedia del pueblo rumano entre la espada y la pared, acosados con igual crueldad por el socialismo nazi y el soviético:
democraciaparticipativa.net/fo...e-c-virgil-gheorghiu  
Last edit: 2 years 1 day ago by Gerardo E. Martínez-Solanas.
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